Despierto de pronto aturdido, aterrorizado y anodadado, repentinamente me encuentro en un mundo muy diferente al que antes habia conocido. Levanto ambas manos y toco lo que me rodea, si, en verdad estoy aqui, perdido, confuso, sin saber lo que me pasa.
Vuelvo al pasado, a recordar las viejas charlas, y los ramos alucinogenos de anecdotas pueriles, y he visto, que el futuro, es tan distinto de lo que pensaba, y pienso, que no, no quiero vivir aqui, donde la realidad se confronta conmigo.
En el futuro, lo que veo, frente a mi, es un feto descompuesto, decapitado, con sus horribles ojos vidriosos, grises, que me ven sin verme, entonces, con decisión, tomo el escalpelo en mis manos, con el portaagujas le coloco la hoja de bisturí, y procedo a realizar una incisión en su marchito cuerpo, que se dirige horizontalmente desde el cuello que queda de su decapitado cuerpo, hasta por encima de sus genitales, que al parecer son varoniles, mas sin embargo no lo puedo determinar con presicion. Prosigo con mi diabolica labor, recordando las artes aprendidas en el mismísimo infierno, y observo que de ese cuerpo, sale por la incisión un trozo de intestino delgado, y un pulmon; el resto, solo es un repugnante líquido de color cafe y viscoso. Vacío cuidadosamente todo el contenido, y aparece ante mis ojos, una pequeña pantalla, una ventana al futuro, una maquina del tiempo... con mi mano temblorosa, acerco la yema de mi dedo indice derecho enguantado, siento náuseas y toco este extraño artefacto, pierdo la conciencia y magicamente me transporto a una diferente dimensión, espeluznante y macabra.
En esta dimensión, se refleja mi pobredumbre, mi fracaso, y bellas mujeres me rodean con sus brazos la espalda, y me presentan a mi mismo, el monstruo de los abismos, el monstruo que soy yo.
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